Panamá, 18 de agosto de 2020.

En miras a la reactivación del turismo en Panamá, el Comité de Turismo y de Sostenibilidad de la Cámara Americana de Comercio de Panamá (AMCHAM) presentó el foro “Turismo Sostenible en Áreas Protegidas como Factor Clave para la Reactivación Económica de Panamá". Adrián Benedetti, presidente de la Fundación Caminando Panamá y promotor del ecoturismo y la recreación al aire libre, compartió los beneficios del aprovechamiento de la naturaleza como parte de la estrategia para la recuperación del sector post COVID-19.

Panamá cuenta con 115 áreas protegidas que cubren aproximadamente 40% del territorio nacional, 30% del territorio terrestre y 10% del territorio marino costero. Parques nacionales, senderos, valles o montañas, son parte de nuestro patrimonio natural y acompañados de una buena planificación y coordinación ambiental pueden brindar muchos beneficios.

“En nuestra propia escala, el ecoturismo nos podría crear una base muy sólida para la economía en las pequeñas comunidades y pueblos del país” aseguró Adrián Benedetti, Fundador y presidente de la Fundación Caminando Panamá y expositor invitado al foro “Turismo Sostenible en Áreas Protegidas como Factor Clave para la Reactivación Económica de Panamá", organizado por la Cámara Americana de Comercio de Panamá (AMCHAM). Por ejemplo, en los Estados Unidos, los consumidores gastan hasta un promedio de 887 billones de dólares anuales en actividades al aire libre, un gran aporte a la economía del país.

Encaminado hacia ese objetivo en Panamá, Benedetti presentó el proyecto “La Ruta del Corona de El Valle”, localizada en el Valle de Antón, y que ha trabajado desde el 2014 en conjunto con el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, McGill University y el Cuerpo de Paz. Luego de realizar un estudio, los resultados mostraron que la ruta tiene mucho potencial como atracción de eco-turismo rural para atraer visitantes. El objetivo, explica, es incrementar la visitación, que los turistas accedan a otras comunidades poco conocidas y así diversificar las oportunidades económicas que tienen las familias que habitan cerca de la ruta.

Se ha comprobado que la actividad ecoturística también beneficia a la economía de un país a través de la generación de empleos. En los Estados Unidos la actividad ha generado 7.6 millones de puestos de trabajo. De igual manera, la recreación y el turismo en la naturaleza favorecen de gran manera la salud mental del ser humano. De acuerdo a Benedetti, estudios señalan que el turismo natural ayuda a la recuperación de la fatiga mental, a la mitigación y recuperación del estrés, a la restauración de la concentración y para mejorar la productividad.

El reto para lograr la mayor cantidad de beneficios está en concentrar los esfuerzos en conseguir el apoyo del sector privado y público, asegura Benedetti. Una de las sugerencias es consolidar acciones con entidades aliadas al sector ambiental, como la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), y otros entes que estén dispuestos a dar una mano para crear más espacios dirigidos a esta actividad. “Otro aspecto importante es concientizar a la población sobre los beneficios, que pierdan el miedo a convivir con la naturaleza, por ejemplo, facilitando interconexiones entre atractivos urbanos con la naturaleza como corredores verdes, ciclovías, entre otros”, añadió Benedetti.

En el 2019, en Panamá la industria sin chimenea en conjunto con el transporte aéreo generó 240 mil empleos directos e indirectos, además representó el 14% del Producto Interno Bruto. Sí bien se ha comprobado que el principal ingreso del turismo proviene de la entrada de turistas internacionales al país, Benedetti sugiere apostar por mejorar las áreas protegidas, creando guías de acceso virtuales y físicas, o adecuando las señalizaciones que acompañen el sitio natural, puede incentivar el turismo local y por lo tanto, generar mayores aportes a la economía. Sin embargo, es vital que haya continuidad de los proyectos entre los gobiernos y entidades, para asegurar que se cumplan los objetivos, agregó.

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